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Las montañas y los incas
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Culto a las montañas de Machu Picchu

Tomando como base las pruebas históricas y etnográficas, sabemos que las personas de estos territorios, rinden culto a las montañas de los andes desde hace siglos, en especial a aquellas relacionadas con los grandes nevados que rodean las ciudades más importantes del antiguo imperio de los incas, como la capital Cusco y la ciudad sagrada de Machu Picchu.

Machu Picchu es una región de montañas, y estas se constituyen como los principales elementos en la creencia andina de que las grandes montañas controlan el clima, y por consiguiente, la fertilidad de la tierra y los animales. 

culto montaña de Machu Picchu
Vista desde las montañas que rodean Machu Picchu

¿En que se basa el culto a las montañas?

Podría basarse en una realidad ecológica, ya que los fenómenos meteorológicos como la nieve, el granizo, las lluvias, las nubes, los rayos y truenos, con frecuencia se originan en las montañas. Sin embargo otros elementos comunes, dan pistas para entender mejor la reverencia que sentían los antiguos peruanos por las montañas.

Culto a las montañas sagradas

Es posible que una cohesión social haya girado en torno al culto a las montañas sagradas. Como los casos de identidad étnica que se han observado en muchas regiones de los andes. Las montañas se percibían como una especie de dioses de la guerra; en la cultura inca, las montañas eran Apus protectores de los pueblos que vivían en sus cercanías y estos les rendían culto. Se dice que los incas intentaron apropiarse de la admiración que sentían los pueblos pre-incas por las montañas, construyendo lugares de culto como la ciudad de Machu Picchu. Esto con el fin de consolidar su gobierno.

Una creencia muy común en los andes de Perú, es que las montañas (Apus – deidades incas) son los dueños de los animales silvestres, por lo que la caza que practicaban los incas está vinculada a las montañas.

El accidentado territorio de Machu Picchu alberga una enorme variedad de fauna, osos, pumas, serpientes, aves, etc. La edificación de la ciudad habría aportado motivos adicionales para el culto a las montañas. Una de las deidades que protege Machu Picchu, es la imponente montaña Salkantay. La palabra “salvaje” es “salqa” en quechua y es posible que este fuera el lugar de caza de Pachacútec, constructor de Machu Picchu.

Facultades de los Apus (montañas) de Machu Picchu

En la cultura inca se creía que los sacerdotes especialistas en rituales reciben sus poderes de las montañas sagradas; solo los especialistas más experimentados podían tratar directamente con las montañas más poderosas y elevadas del territorio. Estos especialistas invocaban a las deidades de las montañas para controlar el clima, predecir el futuro, encontrar objetos perdidos, curar enfermedades y para ayudar a la gente en el éxito de sus negocios. Pero también realizaban rituales a favor de la comunidad, invocando el favor de los dioses para asegurar la fertilidad de las tierras y la abundancia de animales.

Ciudad Sagrada de Machu Picchu

El particular escenario natural de Machu Picchu, ubica a la ciudad de piedra en medio de las montañas más imponentes de la región; este habría sido el lugar ideal, no solo para el culto a los Apus (montañas), sino como un lugar para recibir poderes y quizás como u centro de iniciación.

En la actualidad las personas que viajan a Machu Picchu, hablan de la energía especial que se puede percibir y obtener en Machu Picchu, otros hablan de un vórtice de energía; sea cual sea el origen de la increíble energía que se puede sentir en Machu Picchu, la mística de esta ciudad la hace un lugar único y mágico.

Deidades de Machu Picchu

Las montañas fueron adoradas por muchas razones, entre ellas, la fertilidad de los camélidos domesticados, la fertilidad de las tierras, las cosechas, la protección contra enemigos, entre otras; sin embargo, el culto no se limito a las grandes montañas como el Salkantay y La Verónica; montañas más pequeñas habrían sido muy importantes, entre estas:

Montaña Huayna Picchu (montaña joven)

La montaña Huayna Picchu se ubica exactamente al norte del Intihuatana (reloj solar inca), y alberga numerosos restos arqueológicos; las rocas esculpidas de naturaleza ceremonial halladas en su cima y cerca de esta, demuestran que los incas consideraban a esta montaña un lugar sagrado. El templo de la luna al lado occidental, se conecta con la cima mediante un impresionante sendero que asciende a un lado del acantilado. Las colinas que albergan a las comunidades de las regiones del Cusco y Vilcabamba; en la época incaica como en tiempos modernos, son consideradas deidades protectoras, y en parte se les hace responsables de la fertilidad de la tierra y los animales. Por todas estas razones, es de suponer que Huayna Picchu jugó un papel importante respecto a Machu Picchu.

Montaña Machu Picchu (montaña vieja)

Al sur de Machu Picchu, y al igual que en el caso de su hermana menor Huayna Picchu, es probable que la hayan considerado como una deidad protectora local. En ella se han hallado plataformas artificiales, similares a las que se pueden encontrar en muchas montañas sagradas de la ciudad del Cusco, como el Apu Pachatusan o el cerro Pinta. Estas cumplían una importante función ceremonial religiosa, como revelan las ofrendas enterradas, encontradas en sus inmediaciones. Muchas de ellas extraídas tiempo antes por huaqueros.

Otras de las razones que explica a importancia sagrada de esta montaña, son los innumerables manantiales que debieron ser utilizados por los pobladores de la ciudad inca de Machu Picchu para proveerse de agua. En la cultura inca, las fuentes en sí mismas, eran consideradas sagradas y constituyen un gran número de los lugares sagrados que rodean la ciudad del Cusco. Los incas creían que el agua que brotaba de los manantiales de las montañas, se originaba en las entrañas de la montaña misma. Al oeste del la ciudad del cusco algunas personas creían que estos manantiales, eran utilizados como entradas de los dioses a las montañas.

 

Por Boleto Machu Picchu – Ultima actualización, 16-12-2015