Los antiguos habitantes de los andes, nos has dejado innumerables muestras, de lo valiosos que fueron estos animales para el Imperio Inca, en primer lugar como alimento, también obtenían de ellos (lana) la materia prima para vestidos y otros textiles, además de usarlos como animales de carga. Las cuevas de Sumbay en Arequipa, contienen vestigios de hace miles de años, que muestran cómo eran cazados los camélidos sudamericanos, que vagaban en manadas por la puna.

Habitantes innatos de las planicies andinas, los camélidos andinos (sudamericanos) son animales perfectamente adaptados a su entorno. Se sabe que la alpaca (Lama pacos) y la llama (Lama glama), habrían sido domesticadas por el hombre andino desde hace más de diez mil años, para ser utilizadas como bestias de carga; mientras que otras dos, la vicuña (Vicugna vicugna) y el guanaco (Lama guanicoe), su piel era utilizada debido a la alta calidad de su lana.

Llama, pintorésco camélido en Machu Picchu

Los camélidos andinos han evolucionado, para poder digerir los duros pastos de la puna, 25 % más eficientemente que los ovinos. Esto debido a su manera de alimentarse cortando y no arrancando los tallos, ocasionando menor daño a la planta, evitando la degradación de los pastizales. Sus pezuñas están equipadas con almohadilladas que les permiten caminar suavemente, evitando la erosión de sus zonas de pastoreo, a diferencia del ganado vacuno y ovino. Adaptados para vivir en los Andes, habitan la variedad de sus ambientes sin mayor competencia entre especies; mientras la vicuña prefiere las zonas más altas y áridas, donde a otros animales les sería imposible vivir, los demás prefieren zonas de menor altitud.

Los valles de Machu Picchu aun le permitirán observar a llameros con enormes manadas, transitando los valles para intercambiar sus productos, con otros que necesiten. Es casi seguro que los alimentos y artículos suntuarios requeridos para los cultos, llevados a cabo en Machu Picchu, eran transportados en caravanas de llamas traídas desde los extremos más lejanos del Imperio.

La caza de estos asustadizos animales estaba prohibida en el Imperio de los Incas, por lo cual se utilizaba una técnica llamada chaccu (arreo) a través de esta, cientos de hombres y mujeres se cogían de las manos para formar un extenso cerco humano alrededor de vicuñas para luego conducirlas a lugares cercados, donde eran trasquiladas. Practica aún vigente en lugares como Pampa Galeras y las alturas de Arequipa.

Sin el uso de la llama y la alpaca habría sido imposible el comercio entre los valles interandinos y las zonas de altura, sobre todo si toma en cuenta la reciprocidad y la complementariedad como bases de esta civilización. Por lo que el comercio (basado en el intercambio) debió demandar un intenso tráfico de productos por la vasta red de caminos, cubiertos por grandes grupos de llameros.

Alpaca (Lama pacos) de coloración muy variada, desde el negro manchado, hasta el blanco puro. Los machos llegan a pesar hasta 60 kg, mientras que las hembras no pasan de 55 kg; producen lana de excelente calidad con coloraciones variadas, Las finas fibras de su lana vienen en dos variedades, la Huarcaya, y la Suri, siendo esta última ligeramente más fina y sedosa.

Llama (Lama glama) es la más grande entre las especies de camélidos andinos, los machos adultos alcanzan los 155 kg, mientras que las hembras superan ligeramente los 100 kg. Existen dos razas bien definidas la llamada ccara, q’ara o pelada, de escaso pelo; y la conocida como ch’aku, semejante a la alpaca, con fibras largas y de finura media. 

Vicuña (Vicugna vicugna) es la especie más pequeña de este grupo. Los machos llegan a pesar 36 kg, mientras que las hembras difícilmente superan los 33 kg. Se distribuyen en grupos de machos solitarios, y varias hembras en grupos familiares polígamos. Son por lo general marrón canela en el dorso y lados del cuerpo. El pecho, vientre, así como el interior de las piernas y patas presentan color blanco. Una característica que las diferencia es el mechón o vellón de color blanco que presentan en el pecho. 

Guanaco (Lama guanicoe) de color marrón rojizo al marrón claro, con tonos amarillentos. Blanco en el Pecho, vientre y sector interno de las piernas y patas. Cabeza gris o negra, con labios y orejas con un borde blanco. Realizan migraciones considerables cuando el alimento escasea. Llegan a pesar alrededor de 120 kg.

Por Boleto Machu Picchu – Ultima actualización, 23-10-2015